Reflexiones y aprendizajes de un año complicado

Al iniciar este año 2020, con ilusión abrimos nuestros calendarios, libretas, diarios, planificaciones y comenzamos a reescribir nuestras vidas, continuar nuestros
planes, replantear decisiones y reforzar la persistencia para alcanzar nuestros sueños.

Y, como en años anteriores, más ahora con mayor fuerza, aparecieron los obstáculos y las digresiones, alejándonos por un buen lapso, de nuestros planes y
nuestros sueños. La Naturaleza de la Vida nos obligó a hacer un alto más largo y más profundo.

¿Qué invitaciones nos realizó la naturaleza de la vida?

1. A la introspección, para aprender a estar más en y con nosotros mismos. 

2. A la convivencia íntima y real, a estar de verdad física y atentamente con los nuestros, más cercanos y más queridos; escuchando activamente, observando y comprendiendo sus necesidades, emociones y sentimientos. 

3. A ver más allá de nosotros mismos, aprendiendo a ser más empáticos con la salud y percibir las necesidades físicas y emocionales de las personas. 

4. A ser más humanos, comprendiendo que somos igualmente vulnerables ante la adversidad. Que unidos podemos lograr más. 

5. A aprender que las transiciones son continuas e implican hacer altos reflexivos que provoquen acciones adaptativas hacia el cambio de hábitos y construyendo nuestra transformación personal. 

6. A no temer a la mirada apreciativa ni de los otros ni de nosotros mismos. Sino a enriquecernos y apalancarnos de ella para querernos más, amar de verdad y ser mejores. 

7. Que respirar profundamente no solamente se hace cuando caminamos en el bosque o hacemos ejercicio; sino que se convirtió en una necesidad para aprender a escucharnos antes de tomar decisiones, de emitir juicios o argumentar. Aprendimos a tomarnos nuestro tiempo, ser más pacientes y pausados. 

8.  Que podemos vivir con menos. Aprendimos a ser más mensurados, con lo que adquirimos, lo que vestimos, lo que ingerimos e inclusive, a ser más selectivos con los pensamientos que permitimos pasar por nuestras mentes. 

9. Qué la alegría no está en el exterior: las compras, los restaurantes, las fiestas, las calles, sino en nuestro interior, en nuestros pensamientos, en nuestras decisiones, victorias, acciones y, lo que como resultado, nos hacen sentir y ser, más allá del hacer y del tener. 

10. Aprender a convivir conmigo mismo, a darme cuenta de que aún en el confinamiento estoy acompañado de mí mismo, que la distancia y la soledad al confrontarnos, son nuestra mejores amigas y maestras pues nos invitan a cambiar para ser mejores personas. 

11. A hacer énfasis en lo esencial de nuestras vidas, a acentuar lo verdaderamente importante y necesario. 

12. A modificar nuestra visión del mundo, enfocando nuestra mirada en un rumbo nuevo, en las maneras de mejorar y ser mejores para trascender. 

13. A entender nuestra fragilidad, abrir con humildad nuestros corazones para dar, recibir y solicitar ayuda, bajo el esquema de que todos requerimos apoyo físico y emocional de los demás.

14. A celebrar nuestros retrasos, nuestros fracasos, nuestros aciertos, lo poco o lo mucho que salió bien; todo ello nos obsequió de aprendizajes significativos.

15. A comprender que todo esto pasará y que siempre es buen momento para volver a empezar con ánimos renovados, recreados como personas e innovando para adaptarnos a este futuro que nos sigue alcanzando.

¿Qué aprendimos en este año?

En pocas palabras, el 2020 nos enseñó a surfear con más fe, remar con mayor esperanza y navegar con templanza en los mares de la incertidumbre. 

Quizás estábamos esperando que alguien o algo nos diera un empujoncito para salir de nuestra zona de comodidad y de nuestro afán por repetirnos tal cuál calcomanía cada año. Hoy aprendimos la necesidad del pensamiento paralelo para ser, estar, pensar y actuar diferente para enriquecernos y compartir nuestra riqueza adaptativa con otros. 

Hemos de estar agradecidos de que a pesar de todos estos meses complejos y en muchos casos dolorosos, nosotros, los que estamos leyendo esto, somos afortunados y hemos sido bendecidos. Valoremos que estamos vivos y seguimos unidos. 

Disfrutando de tu bebida favorita, siéntate contigo mismo a reflexionar acerca de dónde y cómo te encuentras en este momento y dónde y cómo quieres estar, qué cambios necesitas hacer para plantarte firme ante este 2021. Dialoga internamente y anota tus pensamientos, soluciones y decisiones para darles rumbo y seguimiento. Conviértelos en metas, ponles fechas límite y medidores que te indiquen que los estás logrando.

Anotado y dicho todo lo anterior, te invito a reabrir tu cuaderno, libreta, diario, calendario, agenda  y comenzar este nuevo año anotando todos tus sueños, tus planes, tus deseos, tus anhelos, con entusiasmo, esperanza e ilusión; bajo el entendido de que nada de esto sucederá; ya que la incertidumbre nos persigue a cada instante. Sin embargo, es importante recordar qué nuestros sueños nuestros planes nuestros anhelos serán una realidad no por una varita mágica o por un milagro, sino por obra de nuestro esfuerzo cotidiano, nuestra disciplina, nuestro amor y deseo de lograrlos, con una mirada positiva, una actitud alegre, una mente aventurera que arriesgue hacer cosas diferentes para obtener los resultados deseados.

Change Compass te desea que este año 2021 tengas toda la fuerza de voluntad y la disciplina para alcanzar todo aquello que más anhelas y te propones.

Construye tu Feliz y Productivo Año Nuevo.

Rosa Girón